La migración de mexicanos a EE.UU. y Canadá es un fenómeno significativo. Con millones de mexicanos residiendo en estos países, su impacto económico es notable. Los mexicanos contribuyen enormemente a las economías de EE.UU. y Canadá, no solo a través de la fuerza laboral, sino también mediante las remesas, que ascienden a 60 mil millones de dólares anuales. Estas remesas son vitales tanto para la economía de México como para sostener la base económica en EE.UU., demostrando la interdependencia y la importancia de los migrantes en el tejido económico y social.

 La migración de mexicanos hacia Europa, aunque menos numerosa comparada con la dirigida a EE.UU. y Canadá, es significativa. Estos migrantes buscan nuevas oportunidades y experiencias en países con diferentes contextos culturales y económicos. Aportan a la diversidad y al enriquecimiento cultural en sus países de acogida, enfrentándose a desafíos únicos de integración y adaptación. Su presencia en Europa refleja la creciente globalización de la migración y subraya la importancia de políticas inclusivas y de apoyo a la comunidad migrante.

Los mexicanos que eligen migrar a destinos fuera de EE.UU., Canadá y Europa, como países de América Latina, Asia y África, representan un fenómeno interesante y menos explorado. Estos migrantes, a menudo motivados por oportunidades laborales, educativas o personales, se enfrentan a desafíos únicos en términos de adaptación cultural y lingüística. Su experiencia es testimonio de la diversidad de la diáspora mexicana y refleja una globalización más amplia de la migración mexicana. Estos migrantes contribuyen a un intercambio cultural rico y variado, abriendo nuevos caminos y fortaleciendo lazos entre México y países menos tradicionales para la migración.